¿Existen las estrellas solitarias o todas tienen familias planetarias?

En 1992, los astrónomos descubrieron el primer exoplaneta, es decir un planeta de otra estrella, fuera del sistema solar. Desde entonces, los telescopios han detectado miles de exoplanetas que orbitan no sólo en estrellas similares al sol, sino también en sistemas estelares binarios, en estrellas pequeñas y frías llamadas enanas rojas, e incluso en estrellas de neutrones ultradensas.

Es fácil preguntarse si todas las estrellas tienen al menos un planeta en su órbita, o si existen estrellas solitarias. En declaracionesa Live Science, Jonathan Lunine, presidente del Departamento de Astronomía de la Universidad de Cornell, alma mater del famoso astrónomo Carl Sagan, estas estrellas solitarias existen. «No se sabe con total seguridad, pero lo cierto es que hay un montón de estrellas en las que se han buscado planetas y no se ha encontrado ninguno hasta la fecha».

Los científicos estiman que hay tantos planetas como estrellas en nuestra galaxia, pero esos planetas no están distribuidos uniformemente. Algunas estrellas como el Sol, así como TRAPPIST-1, una estrella enana roja situada a unos 40 años luz, albergan más de media docena de planetas, mientras que otras pueden no tener ninguno.

Pero, ¿qué hace que una estrella albergue tantos planetas mientras otras vuelan solas? Los científicos creen que se debe a la forma en que se formó la estrella. Cuando las estrellas jóvenes se están formando, suelen estar rodeadas por un anillo de partículas de polvo. Estas partículas chocan entre sí para formar cúmulos cada vez más grandes, que pueden acabar formando planetas. Pero no todas las estrellas jóvenes tienen tanta suerte.

Si una estrella se forma a partir de un grupo de nubes interestelares que tiene una rotación muy rápida, y ese grupo se contrae en lugar de girar para formar un disco, y puede romperse en dos o incluso más piezas y formar un sistema estelar binario o un sistema estelar múltiple. En estos casos es posible que no se formen planetas.

Los sistemas estelares binarios pueden formar planetas en algunos casos, como el de Kepler-47 y sus tres planetas, pero las condiciones tienen que ser las adecuadas. En estos sistemas el material estelar se divide en dos grupos y luego se forma un disco alrededor de uno de esos grupos, o de ambos.

Con menos frecuencia  el cúmulo de polvo de una estrella joven podría girar tan lentamente que simplemente se colapsa en una estrella sin llegar a formar un disco. También es posible que una estrella forme planetas y que la intensa gravedad de otra estrella los lance fuera del sistema solar, o al menos los envíe demasiado lejos para ser detectados. Eso es lo que puede haber ocurrido con el planeta HD 106906 b, que gira en torno a un sistema estelar binario en una órbita desviada 18 veces más lejos de su estrella que Plutón del Sol.

Foto: NASA Goddard Space Flight Center