La oficina postal más remota se encuentra en la ISS, y en ella se gestiona el correo que envían y reciben los astronautas que trabajan allí. Es solo una muestra del desconocido intercambio de correspondencia con la Tierra que se ha mantenido desde el inicio de la exploración espacial. Afortunadamente, el ingeniero de la NASA José Manuel Grandela ha coleccionado durante años esos sellos y cartas, y exhibe ahora una selección de los mismos en la exposición La aventura del espacio, de la que es comisario.
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