La atmósfera actúa como un escudo de protección contra los objetos que son atraídos por la gravedad terrestre. Sin ella, el daño que podrían causar sería enorme. Para dar una idea, el punto de esta “i” descendería a la Tierra a una velocidad de 40.000 km/h, y sería capaz de perforar, él solito, el techo de un automóvil.