Según han explicado los expertos, al entrar en contacto con el océano, la lava, que se encuentra a unos 1.100 grados centígrados, y el agua salada, a unos 20, se produciría una contracción térmica que provocara una humareda blanca perjudicial para la salud por las sustancias tóxicas que contiene. El catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Mangas, lo explica así: