El Jeep Avenger es el primer eléctrico de la casa y el que marcará una estrategia que persigue situar a esta marca de SUV en la primera del mundo en tener toda su gama libre de emisiones.

Cuando Jeep presentó a unos pocos medios el Avenger el pasado día 12 de octubre en Cracovia, Christian Meunier, CEO de Jeep, dejó claro que la marca había emprendido un camino de no retorno hacia los vehículos cero emisiones. De aquí a 2025 lanzarán cuatro modelos completamente eléctricos que le permitirán situarse como el primer fabricante de SUV que no emiten gases a la atmósfera. El Jeep Avenger será el primero de esta avanzadilla. Tras él llegarán el Recon, un todoterreno de cuatro puertas inspirado en el Wrangler; el Wagoneer S, un 4×4 de lujo; y un cuarto modelo del que todavía se desconoce el nombre.

El Jeep Avenger, del que ya se pueden hacer pedidos aunque no se venderá hasta primeros de 2023, tiene la enorme responsabilidad de garantizar que millones de fanáticos de Jeep en todo el mundo continúen teniendo un planeta para explorar, abrazar y proteger. Y eso lo hará incorporando un motor eléctrico de 400 V que desarrolla 156 caballos de potencia. Se trata de un propulsor desarrollado en colaboración con Emotors, una joint-venture entre Stellantis (grupo automovilístico al que pertenece Jeep) y Nidec Leroy-Somer Holding, una compañía francesa fundada en 1919 dedicada a la producción de motores eléctricos.

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Según los responsables de la casa, el Jeep Avenger alcanzará una autonomía de 400 km gracias a una batería de 54 kWh, aunque en ciudad puede llegar a los 550 km gracias a los diferentes sistemas de recuperación de energía.

El paquete de baterías se compone de 17 módulos y 102 celdas de ion litio. Las ventajas de este material radican en que acumulan mucha energía en muy poco espacio, tienen un gran rendimiento y eficiencia energética, su vida es útil es más larga que las de otro tipo y ofrecen tiempos de carga muy optimizados. Los técnicos de Jeep han probado esta batería durante más de 2 millones de kilómetros para asegurar la máxima eficiencia una vez montada en el Avenger. Todo el conjunto está situado debajo del suelo del vehículo y se halla recubierto por placas protectoras bajo la carrocería para evitar daños cuando se sale del asfalto.

Cargarla es una tarea rápida teniendo en cuenta los dilatados tiempos de espera de los coches eléctricos hace tan solo cuatro o cinco años. Bastan tres minutos para conseguir una autonomía de 30 km si se recurre a un puesto público de carga ultrarrápida. En los domicilios particulares, dependerá de la potencia contratada. En el caso de que sea de 11 kW, en 5,5 horas se realizará una carga total.

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Pero el compromiso del Jeep Avenger con el medio ambiente no se limita solo a equipar un propulsor eléctrico, sino también a apostar por una filosofía que tiene en la optimización de recursos su máxima expresión. El 80% del material que se utiliza es reciclable. Y más que lo será acorde a los planes que Jeep, como parte de Stellantis, tiene de aquí a 2038.

El objetivo es que es que todas las piezas que se utilicen en la fabricación del Jeep Avenger se vuelvan a reutilizar en nuevos vehículos de manera que no sea necesario volver a consumir materias primas en las factorías. La marca tiene previsto que las partes usadas, desgastadas o defectuosas de automóviles ya inservibles se desmonten, se limpien y se reutilicen según las especificaciones de los equipos originales.

Producido en la planta de Stellantis en Tychy, Polonia, el nuevo Avenger comenzará a entregarse a los clientes a primeros de 2023. Con él, Jeep se adentra de lleno en el segmento automovilístico B-SUV. En otras palabras, los conocidos como SUV compactos, modelos de alrededor de los cuatro metros (4,08 en el caso del Avenger). Según las previsiones de los fabricantes, este tipo de vehículos alcanzarán unas ventas anuales de 2,2 millones de unidades, uno de cada cinco vehículos vendidos en Europa.

Jeep sabe lo que hace con el Avenger y dónde y cómo va a ser la demanda. Y esa nueva de entender el automóvil pasa inevitablemente por el estricto respeto al medio ambiente. Su estrategia ya ha empezado a dar resultados. A nivel mundial, las ventas de la casa se han cuadriplicado desde el comienzo de la década. De 400.000 automóviles al año en ese momento a los cerca de 1.5 millones de ahora. Pero lo más importante es que conducir un Jeep y amar el planeta son dos objetivos compatibles.

 

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