Muchos británicos esperaban que Isabel II hiciera su último viaje por Escocia en un Range Rover, la división de lujo de Land Rover

La página oficial de Land Rover-Range Rover aparece con el fondo negro, la imagen de la reina Isabel II y un texto emocionado de despedida «Ha sido un gran honor para nosotros desempeñar un papel en las celebraciones del Jubileo de Platino de Su Majestad. Es solo uno de los muchos recuerdos de nuestra larga relación con la Familia Real. Extrañaremos profundamente el liderazgo pionero y la fuerza de Su Majestad».

Isabel II, sin embargo, se ha ido dándole la espalda a la marca británica. Un Mercedes-Benz Clase E adaptado por Binz International de Alemania, y no un Land Rover o un Range Rover como hubiera sido de esperar, han sido los que han transportado los restos de la monarca por Escocia. La casa real todavía no ha desvelado el porqué de elegir una firma alemana. La decisión es contraria a la relación que Isabel II y su marido, Felipe de Edimburgo, mantenían con Land Rover-Ranger Rover. Todavía hay quien recuerda que el príncipe consorte dijo antes de morir: Cuando fallezca, metedme en un Land Rover y llevadme a Windsor.

Qué pena penita pena

Land Rover-Range Rover está triste, pero no lo suficiente como para interrumpir su camino de lanzamientos. Estos días presenta la última generación, la quinta, del Range Rover un modelo que quizá debería haber llevado a Isabel II a su lugar de descanso eterno. Pero Isabel no ha querido. Quizá porque el nuevo Range Rover no está pensado para ir al más allá, sino para quedarse aquí, en la Tierra, descubriéndola, recorriéndola y explorándola como si fueras un rey de reyes.

La quinta generación del modelo llega con la misma vocación de lujo de siempre, pero ahora en versión eco o, al menos, con esa declaración de intenciones. Y eso se traduce en que ha recurrido a Ultrafabrics, un proveedor de tejidos inteligentes que no utiliza animales, y a Kvadrat, una empresa textil también sostenible que suele trabajar con arquitectos y diseñadores.

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Dentro de nada, un eléctrico

Hay también medidas de mayor calado para la reconciliación de esta marca con el medio ambiente. La más importante es el anuncio de un Range Rover completamente eléctrico en 2024 y el inicio ya de la comercialización de dos versiones diésel (300 y 350 CV) MHEV (mildhybrid). La microhibridación de estos dos modelos se basa en que un pequeño motor eléctrico ayude al de combustión en ciertas situaciones. Los consumidores aprecian esta mecánica porque reduce algo los consumos y da derecho a la etiqueta ECO de la DGT.

Más valorado aún en el distintivo Cero de la DGT de los híbridos enchufables (PHEV) que en teoría ya está comercializando Range Rover (441 y 510 CV). En la práctica, los coches están saliendo con cuentagotas de la concesión por la falta de suministros. Varios meses y hasta un año de espera hay en estos modelos y ¿quién es capaz de aguantar tanto para tener el coche de sus sueños?

Aquí hay algo que no encaja

Lo que chirría un poco en medio de esta oferta que trata de ser respetuosa con el medio ambiente es el motor V8 de doble turbo, 530 CV y un consumo de 12 litros a los 100. Este Range pasa de 0 a 100 en 4,6 segundos, una cifra extraordinaria teniendo en cuenta que pesa 2.585 kg. Utiliza para lograrlo un sistema denominado Dyamic Launch que consiste básicamente en optimizar el comportamiento del cambio de marchas para obtener el máximo empuje y aceleración en un momento determinado. Pero, por muy emocional que sea ¿es esta versión la que necesita ahora el planeta?

Al margen de si el V8 es o no la opción más aconsejable en esta generación, el nuevo Range Rover es la bestia vestida de bella que siempre ha sido, pero con incorporaciones importantes. La primera es un sistema de suspensión neumática electrónica que prepara al vehículo cuando hay zonas viradas. Dynamic Response, nombre que recibe esta solución, monitoriza el comportamiento de la carrocería y reduce el balanceo. Cuando el sistema detecta condiciones todoterreno, el módulo de control adapta el efecto de la barra antivuelco, se potencia la articulación de las ruedas y se maximiza el agarre y la tracción.

¿Cuántos sois de familia?

El nuevo Range Rover está construido sobre la plataforma MLA-Flex que permite configurar el modelo con cuatro, cinco o siete plazas e introducir objetos de hasta dos metros con los asientos abatidos eléctricamente. Incorpora todo ese despliegue de tecnologías que se esperan en un coche cuyo precio de salida es 141.000 euros: Alexa, pantallas digitales táctiles delante y atrás, equipo de sonido con altavoces integrados en los reposacabezas, insonorización de la cabina… Sibaritismo en estado puro que la reina Isabel II de Inglaterra, o los suyos, han desdeñado pero que seguro los consumidores apreciarán.