Se puede comprar en  Mediamarkt, hay quien le instala paneles solares en el techo, los adolescentes suplican a sus padres que le compren uno y admite múltiples personalizaciones. Es el “no coche”, el Citroën Ami, un concepto según sus creadores que no tiene nada que ver con la idea tradicional de un automóvil.

En Citroën dicen que el Ami es el “no coche”, pero lo cierto es que tiene cuatro ruedas, un volante, faros, puertas… Hasta ahí, todo coincide con la imagen que tenemos de un automóvil. La sorpresa empieza cuando hablamos de que se trata de un vehículo eléctrico de apenas 2,4 metros de longitud, o sea, caben dos en el hueco donde solo entraría un coche convencional.  Y la perplejidad continúa cuando se observa que es igual por delante que en la zaga, que tiene puertas no simétricas –una se abre hacia delante y otra hacia atrás– y que no hace falta carné para conducirlo porque no supera los 45 km/h. Basta con el permiso tipo AM que se concede a partir de los 15 años.

En la plaza de aparcamiento de un coche convencional caben dos Citroën Ami

El Citroën Ami es un concepto, una forma de entender la movilidad que permite ratonear por callejuelas casi inaccesibles y sortear las limitaciones de las zonas de bajas emisiones gracias a un motor eléctrico de 6 kW. Recorre 75 km, más de lo que realizan la mayoría de los conductores a diario. Y cuando es necesario cargar su batería de 5,4 kWh de capacidad, basta un enchufe doméstico y tres horas para que vuelva a dar lo máximo de sí.

El Citroën Ami es un vehículo concebido para moverse sin limitaciones en la ciudad.

Una locura que viene del siglo pasado

La primera vez que Citroën denominó Ami a uno de sus vehículos fue en 1961. En ese momento, los responsables de la marca decidieron lanzar una versión económica y accesible del exitoso Citroën DS. El modelo enseguida captó la atención de los consumidores gracias a su carrocería singular obra de Flaminio Bertoni, uno de los diseñadores más radicales de la historia del automóvil.

Bertoni, que rara vez defraudaba, dibujó la luneta trasera con un ángulo totalmente invertido al que se suele utilizar habitualmente. Con este golpe de efecto, no solo desconcertó a sus rivales, sino que logró dar más espacio a las personas que viajaban en la fila trasera manteniendo la estructura de carrocería de tres cuerpos y un amplio espacio de carga.

 

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Citroën Ami 6 de 1961

Hoy, aquel espíritu rupturista es el que hereda el Citroën Ami no solo en las formas, sino también en la manera de disfrutarlo y comprarlo. Adiós al concesionario tradicional, al agente de ventas que te habla de las bondades del producto. Al igual que este “artefacto no coche” se carga en cuatro horas en el mismo enchufe que un teléfono móvil, también se compra donde cualquier dispositivo electrónico. Mediamarkt o la propia Citroën son lugares en los que adquirir un Ami a golpe de click desde 7.990€ (Impuestos incluidos. Oferta válida para pedidos del 1 al 30 de junio de 2023 matriculados antes del 30/06/2023)

Vamos a la playa

Pero el Citroën Ami no se queda solo en la ciudad. En la Costa del Sol, Costa Blanca, Mallorca, Cabo de Gata, Almuñécar, Puerto de Santa María, Santander, San Sebastián y Asturias se ha registrado un aumento de la demanda del “no coche”.  Para este tipo de entornos Citroën ha diseñado la edición limitada My Ami Buggy, un concepto muy especial pensado para la vida loca, salirse de los recorridos aburridos del día a día e imaginar cómo es la existencia de los exploradores más aguerridos. Ojo, eso no quiere decir que tú puedas hacerlo a bordo de este cuadriciclo porque el AMI buggy no es un todoterreno, es simplemente, otra locura de Citroën para que te sientas como un verdadero explorador junto a una hoguera de campamento.

My Ami Buggy tiene lonas transparentes en lugar de puertas para proteger a los ocupantes de las inclemencias del tiempo y una bolsa extraíble con cremallera situada en el centro del volante para guardar objetos pequeños

Mi Ami Buggy tiene tapacubos dorados, carece de puertas y techo, la carrocería es de color caqui con de detalles en amarillo ácido y los pasos de rueda, los parachoques delantero y trasero son de corte aventurero. Esta edición, además, viene equipada con varios accesorios exclusivos, como lonas transparentes en lugar de puertas para proteger a los ocupantes de las inclemencias del tiempo y una bolsa extraíble con cremallera situada en el centro del volante para guardar objetos pequeños.

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El My Ami Buggy hereda del Citroën Mehari su apuesta por la vida al aire libre.

El ”no coche” multitarea

También tiene el Citroën Ami una versión Cargo para poder realizar la entrega de pequeña paquetería por la ciudad ahora que las localidades de más de 50.000 habitantes van a delimitar zonas de bajas emisiones. Se trata de una propuesta en la que se ha eliminado el asiento del copiloto para destinarlo a transportar bultos de pequeño y mediano tamaño.

Sobre esta versión algunas instituciones, como cuatro aeropuertos portugueses, han optado por instalar unos paneles solares en el techo para que su uso sea aún más sostenible desde el punto de vista medioambiental.

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Citroën Ami Cargo con placas solares en el techo.

La saga continúa con el Ami for All, una solución para las personas con problemas de movilidad. Lo han desarrollado en colaboración con la empresa especializada en transformaciones Pimas e incorpora adaptaciones mecánicas que permiten acceder a bordo, guardar una silla de ruedas y conducir con facilidad.

 

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Vehículo adaptado para las personas con movilidad reducida.

A mi manera

Pero no siempre la personalización va en el sentido de una transformación profunda. A veces es solo un detalle, un color, un acabado que diferencia tu coche del resto de los que están en la vía.

Por eso desde su lanzamiento, el Citroën Ami ofrece seis kit de accesorios diferentes, además de una colección de pegatinas para decorarlo que pueden incluir una imagen o una foto tuya. ¿Te imaginas?

No busques en el Citroën Ami sofisticados y complejos sistemas de entretenimiento, ni tapicería de cuero ni carísimos equipos de sonido. Este “no coche” tiene exactamente lo que necesitas y nada más. Está construido sobre un chasis tubular con carrocería de fibra de vidrio para abaratar el precio y en él encontrarás detalles tan sorprendentes como una cincha en lugar de tirador para abrir y cerrar las puertas, y dos asientos con un mullido más bien escaso. Pero, ¿acaso el Citroën 2CV apostó por el lujo? ¿O el Mehari por la sofisticación tecnológica? No lo hicieron, pero eso no les impidió convertirse en un éxito y pasar a formar parte de la historia del automóvil, como seguramente el Citroën Ami lo hará.

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El Citroën 2CV se ha convertido en un icono del automóvil