El fabricante chino desembarcó a España hace unos meses. El BYD Atto 3, el más pequeño de los modelos que ofrece, es el reflejo de que China va un paso por delante de los occidentales en materia de elecrificación.

BYD es el acrónimo de Build Your Dreams, pero puede que sea más bien una pesadilla para los fabricantes ya asentados en España. Hace su desembarco en nuestro país con tres modelos, el BYD Hang, el BYD Tang y el BYD Atto 3, el más pequeño de todos con 4.46 metros de longitud. ¿Su intención? Consolidarse como marca de referencia en nuestro mercado.

La historia de BYD es relativamente nueva. Nada que ver con esos pasados centenarios de fabricantes como Mercedes-Benz o Peugeot. El grupo industrial BYD se creó hace 28 años para la fabricación de baterías para dispositivos. Ya en este siglo, en 2003, crearon la división de automóvil en la que tienen puestas muchas expectativas y una firme apuesta por la electricidad. Tanto, que los inversores tienen plena confianza en la marcha de la compañía, particularmente después de que Berkshire Hathaway de Warren Buffet adquiriera una participación del 10 por ciento de la empresa en 2008 por la ahora ridículamente baja suma de 230 millones de dólares.

Una «ayudita» valiosísima

El apoyo del Gobierno chino a la industria del automóvil local es decisivo en esta estrategia de consolidación de las marcas. Entre las más de 5.000 empresas que cotizan en Bolsa en China, cinco de los diez principales beneficiaros de subvenciones gubernamentales durante el primer semestre de este año han sido fabricantes de vehículos eléctricos o de las baterías que los alimentan. Las que montan los BYD, denominadas por la casa Battery Blade, tienen la particularidad de prescindir del cobalto, un material que en las de iones-litio tradicionales se utiliza en el cátodo, es decir, en el polo negativo de la batería. En su lugar, emplea fosfato de hierro, mucho más barato y menos controvertido.

El cobalto tradicionalmente ha sido objeto de polémica porque su extracción suele realizarse en situaciones con normas laborales deficientes y escasas directrices en materia de derechos humanos. ¿Quiere esto decir que los BYD son competitivos en términos de precio? Depende. El SUV Atto 3 se comercializa en España a partir de 41.400 euros, sin descuentos, pero con un equipamiento muy completo. La marca, como el resto de los fabricantes chinos, está en el punto de mira de la Unión Europea. Hace apenas unos días, Ursula von der Leyen ya señaló la desigualdad competitiva que esto puede suponer para las marcas europeas.

Fichajes oportunos

BYD llega con ventaja en materia de baterías, pero sabiendo que las necesidades, requerimientos y gustos del mercado europeo tiene sus ciertas particularidades. Como en su día hicieran las marcas coreanas, ha contratado a ingenieros de Audi, Mercedes Benz y Ferrari para ofrecer lo que aquí se busca. Pieza clave en esta estrategia es Wolfang Egger, antiguo jefe de Diseño de Audi que ahora se ha puesto al frente de la estética de los BYD. En el grupo Volkswagen, donde reemplazó al icónico Walter da Silva, fue el responsable de algunas generaciones del Seat Ibiza y del Audi Hybrid concept9​ y del Audi A5 Sportback.

En BYD ha contratado al que fuera diseñador jefe de Audi para crear coches que satisfagan el gusto occidental

Ahora, en BYD, mantiene su visión europea del automóvil pero haciendo un guiño a la tradición china o, lo que es lo mismo, diseñando en el Atto 3 un frontal con una barra horizontal en la parrilla, que simboliza los ojos y el bigote de un dragón. ¿Por qué esta criatura? Para los chinos, los dragones son figuras sagradas en los mitos y leyendas desde el año 3000 a.C. Son seres que simbolizan la buena suerte y la prosperidad.

BYD_Atto_3

Interior del BYD Atto 3

En el interior, con una plazas traseras amplias, Egger ha echado el resto con una especie de fiebre creativa en la que el mando del cambio recuerda a las mancuernas de los gimnasios, el reposabrazos central simula una cinta de correr y las cuerdas elásticas de los interiores las puertas delanteras junto a los altavoces recrean una guitarra en la que incluso se pueden tocar los primeros compases de Smoke on the Water, de Deep Purple. Sin duda, guiños a la originalidad que se completan con la posibilidad de que la iluminación ambiente vibre al ritmo de la música y una pantalla de 12’8″ pulgadas en la versión más básica y de 15’6″ en la más equipada que puede cambiar de posición vertical a horizontal simplemente presionando un botón.

Una plataforma en código abierto

El BYD Atto 3 está construido sobre la e-Platform 3.0 de BYD, una estructura de código abierto especialmente diseñada para vehículos eléctricos. Como es habitual en este tipo de coches, las baterías se alojan en el chasis. A diferencia de los modelos con motor de combustión, esta disposición baja el centro de gravedad y ofrece una conducción más estable.

El BYD Atto 3 tiene 204 caballos, tracción delantera, una autonomía de 420 km en ciclo combinado y un gran maletero de 440 litros. Entre sus peculiaridades está el de disponer de una batería con un sistema de carga de 800 Voltios, algo poco frecuente en el sector, excepto en los vehículos más premium. La ventaja respecto a los modelos más usuales de 400 V está en que los tiempos de carga se quedan casi en la mitad, algo que no es baladí teniendo en cuenta que este es uno de los grandes campos de batalla de la movilidad eléctrica.