Desde 1942, cuando el investigador en Oftalmología Gordon Lynn Wall de la Universidad de Wayne especuló que los tiburones no podían tener visión binocular porque sus ojos sobresalían de los lados de la cabeza, esta era la teoría reinante. Pero este tipo de visión no brinda una buena profundidad de campo, imprescindible para que los depredadores establezcan la distancia a la presa, por ejemplo. Así es como los científicos, siempre han querido “ entender por qué la cabeza del tiburón martillo tiene esa forma extraña”, agrega Michelle McComb, investigadora de la Universidad Atlántica de Florida. Y ahora se sabe.
La forma de la cabeza dota a estos escualos de una excelente visión. Tanto que algunas especies, como los cabeza de pala y las cornudas comunes tienen una visión del mundo de 360 grados completos. Para saber esto, el equipo de McComb, analizó varios ejemplares de distintas especie sde tiburón martillo con el siguiente procedimiento. A cada tiburón se le realizó un barrido con un determinado tipo de luz en cada ojo y se registrar la actividad eléctrica ocular. Los datos fueron sorprendentes: “Los tiburones martillo ven mejor que otros tiburones, pero nadie lo había puesto nunca a prueba”, confirma McComb. El estudio ha sido publicado en el Journal of Experimental Biology.
Redacción QUO