Las autoridades europeas han reconocido que no tienen claro si las cenizas lanzadas por el volcán Eyjafjälla eran tan peligrosas como para paralizar el tráfico aéreo europeo. El responsable de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea, Matthias Ruete, ha señalado que las 40 pruebas privadas hechas por varias aerolíneas sugieren que el modelo informático ha sobrevalorado el riesgo.

Según Ruete, «la ciencia tras el modelo que estamos utilizando en este momento está basada en ciertas asunciones donde no tenemos claras evidencias científicas. Hay una zona oscura en ciertas áreas». Asimismo, el comisario europeo ha recordado que en EE.UU. las aerolíneas deciden el peligro para volar o no, y las estadísticas indican que no es un modelo menos seguro.

Mientras tanto, las consecuencias de la nube de ceniza siguen aumentando: Un informe del Royal Bank of Scotland asegura que unos siete millones de personas se encuentran afectados por el caos aéreo. Al no poder regresar a sus trabajos, se generarán unas pérdidas de 1.500 millones de euros.

Redacción QUO