Siempre se había creído que las mangostas egipcias habían sido introducidas en la Península Ibérica durante la ocupación musulmana. Pero, ahora, un nuevo hallazgo realizado por investigadores de las Universidades de Granada y Lisboa echa por tierra esa creencia.

Los investigadores han encontrado restos de ejemplares de esta especie en un túmulo funerario situado cerca de Mérida que, contenía también restos humanos y de cuarenta perros.

La antigüedad de los restos ha sido fechada en el siglo I de nuestra era, lo que hace que los investigadores pienses que fueron introducidas en la península por los romanos o, al menos durante el período que duró su ocupación.

Vicente Fernández López