Desde que en 1913, Émile Borel planteara el ‘teorema de los infinitos monos‘ el debate entre los aficionados a las matemáticas estaba servido: ¿Podría un grupo casi infinito de monos reescribir las obras de Shakespeare por simple azar?.

Noventa y ocho años después, Jesse Anderson, investigador y programador norteamericano, ha decidido comprobarlo con varios millones de ‘monos virtuales’. Utilizando el Cloud Computing como herramienta -la conocida nube a través del servidor de Amazon. Sus ‘monos virtuales’, en realidad responden a una metáfora, pues se trata de pequeños programas informáticos que teclean distintas combinaciones de secuencias con nueve caracteres de largo, hasta que una de ellas es chequeada como idéntica a una frase escrita por el dramaturgo inglés. Una vez hallada esta coincidencia por parte de su ejercito particular de monos, Jesse Anderson señala dicha secuencia como ‘encontrada’ y premia al mono que ha encontrado el ‘código’ con una banana virtual. Eso sí, si la coincidencia resulta no ser exacta, la secuencia se descarta y el mono se queda sin banana.

El pasado 23 de septiembre, el ejército de monos acabó de recrear la obra completa de Shakespeare «Querellas de un amante«. Los ‘monos virtuales’ de Jess están a punto de dar la razón a Émile Borel, ya que han conseguido desde el 21 de agosto, reproducir el 99,99% de las obras de Shakespeare por azar. Muchas bananas de premio.

Como no podía ser de otra forma en un mundillo donde la saludable capacidad crítica hace inmediatamente su aparición, a Jess ya le han salido argumentaciones en contra a su experimento. Es el caso de Cnet, donde aseguran que los monos en realidad no recrean el poema, y menos aún hacen verso, ya que en realidad solo realizan bloques de texto con nueve caracteres, que son idénticos en su sucesión a una oración de las obras de Shakespeare, solo que sin utilizar los signos ortográficos de puntuación ni separar las palabras entre sí.

Redacción QUO