Los bulldogs y los Boston’s Terriers se distinguen por tener caras muy pequeñas y anchas. No son las únicas razas de perro con esas características, pero sí tienen otra que no está presente en el resto: muchos ejemplares (no todos) presentan unas colas pequeñas y enrolladas.

Ahora, un equipo del UC Davis Veterinary Medical Teaching Hospital ha intentado averiguar la causa. Para ello, han secuenciado el genoma de cien ejemplares de diez variedades de perros, entre ellas las que tiene la cola enroscada.

La investigación ha servido para identificar una mutación en el gen DISHEVELLED 2, responsable de las características antes descritas. Los autores del estudio han comprobado, además, que un 1% de los bulldogs son portadores de ella, y que es muy común en los Boston’s Terriers.

Pero, curiosamente, tal y como explican los investigadores, la misma mutación causa en los humanos el llamado Síndrome de Robinow, un trastorno (bastante raro, ya que se conocen pocos casos) que provoca una malformación esquelética y hace que quienes lo sufran desarrollen unos rostros pequeños y anchos.

Fuente: Futurity.org.

Vicente Fernández López