La mala calidad del esperma humano en los últimos años se ha convertido en una preocupación a nivel mundial. Su fertilidad en sólo ocho décadas se ha reducido a la mitad. Y lo que hasta ahora era una sospecha, resulta ya una realidad: la calidad del esperma en los perros domésticos ha mermado también de manera alarmante. Los contaminantes ambientales que se encuentran en el hogar y en la dieta están provocando los mismos efectos adversos sobre la capacidad reproductiva masculina tanto en humanos como en perros, de acuerdo con una investigación realizada en la Universidad de Nottingham.

Contaminantes en todas partes

En un nuevo artículo publicado en Scientific Reports, el equipo de Nottingham describe que probó los efectos de dos productos químicos corrientes en el hogar. Por una parte, el DEHP, el plastificante más común (presente, por ejemplo, en alfombras, moqueta, tapicería, ropa, cables y juguetes); y, por otra, el bifenilo policlorado, un químico industrial que, aunque está prohibido a nivel mundial, sigue detectándose en el entorno e incluso en algunos alimentos.

Los investigadores llevaron a cabo experimentos idénticos en ambas especies utilizando muestras de espermatozoides de hombres donantes y perros domésticos que conviven en la misma región del Reino Unido. Los resultados muestran que los productos químicos, en concentraciones relevantes para la exposición ambiental, tienen el mismo efecto perjudicial sobre el esperma, tanto del hombre como del perro.

Menos motilidad

Para Richard Lea, profesor de la Escuela de Medicina Veterinaria y Ciencia y autor principal, este nuevo estudio apoya la teoría de que el perro doméstico es el reflejo del declive reproductivo del hombre humano. “Nuestros hallazgos sugieren que los productos químicos fabricados por el hombre que se utilizan a menudo en el hogar y en el entorno laboral pueden ser responsables de la caída en la calidad de sus espermatozoides”. En ambos, el efecto es una reducción de la motilidad del esperma y una mayor fragmentación del ADN.

A partir de este hallazgo, los perros podrían ser un modelo eficaz para futuras investigaciones sobre los efectos de los contaminantes en la disminución de la fertilidad, sobre todo porque ciertas influencias externas como la dieta se controlan más fácilmente que en los humanos.

Fuente: Universidad de Nottingham

Marian Benito