Un grupo de científicos, liderados por Rachel Collin, han encontrado un grupo de criaturas microscópicas que podrían ser totalmente nuevas para la ciencia. El pequeño obstáculo al que se enfrentan es determinar qué tipo de animal han descubierto, ya que se trata de larvas que se ven completamente diferentes en su etapa adulta.
Los animales poco conocidos en cuestión se llaman foronídeos (Phoronida). Los adultos se anclan en sedimentos o en rocas o corales, construyendo un tubo de quitina para proteger sus cuerpos blandos, mientras que sus cabezas están coronadas con tentáculos que se agitan en la corriente para, a través de ellos, colar pequeñas partículas de alimentos.
Estos animales no viven muy profundo, a unos 400 metros de profundidad y se pueden encontrar en la mayoría de los océanos del mundo. Su tamaño de adulto oscila entre los 2 y los 20 centímetros de longitud. Pero que se les conozca en detalle, como adultos, no significa que sea fácil vincularlos a su etapa de larva. Estos pequeños no se parecen mucho a sus padres adultos. Flotan por los mares, son microscópicos y tienen pequeños tentáculos rematados por una capucha abovedada. Algunos tienen manchas amarillas, mientras otros son transparentes y se pueden ver sus fluidos internos.
“La diversidad global de animales marinos pequeños y raros, como los foronídeos, está muy subestimada – explica Collin en un comunicado –. No sabemos qué animales hay allí, y menos aún sabemos sobre cuál podría ser su papel en los océanos del mundo”.
Para intentar arrojar más luz sobre el asunto, Collin y su equipo recolectaron un montón de larvas de foronídeos. El método más confiable para averiguarlo es comparando su ADN con el de las foronidas adultas. Para ello recolectaron 23 larvas de foronídeos de la Bahía de Panamá en la costa del Pacífico, y 29 de Bocas del Toro en la costa del Caribe. Secuenciaron su ADN y lo compararon con la información de foronídeos adultos almacenada en la base de datos de ADN GenBank.
Los resultados, publicados en Invertebrate Biology, permitieron distinguir tres foronídeos distintos de la Bahía de Panamá y cuatro de Bocas del Toro. Estos siete tenían un ADN diferente a cualquier otro en GenBank, que contiene el ADN del 75 por ciento de las especies de foronídeos adultos reconocidos.
La secuenciación de ADN para una larva falló, lo que significa que también podría ser una especie desconocida, lo que eleva a ocho el total de nuevas especies potenciales recolectadas por el equipo.
«Debido a los estilos de vida crípticos de las foronídeos, los adultos son muy difíciles de hallar – añade Michael Boyle, coautor del estudio – , sin embargo, la presencia de sus formas larvales en el plancton confirma que están aquí, establecidas y reproduciéndose”.
Juan Scaliter