No es que estos graciosos primates hayan visto demasiados episodios de Sexo en Nueva York, sino que los científicos les han pillado con las manos en la masa demostrando, una vez más, que no son tan distintos a nosotros. Los gelada – así se llama la especie – tienen la injusta costumbre de que las hembras solo se apareen con el macho dominante. Al menos en teoría, porque aprovechan cualquier despiste para dársela con los solteros de la manada.

Y lo más curioso es que, por su comportamiento, analizado en un estudio publicado por Nature, parecen ser conscientes del engaño. Procuran ser silenciosos, lo cual no es pedir poco a unos animales que durante el coito suelen proferir gritos que se escuchan a 30 metros de distancia, y tienen un ojo puesto en los alrededores por si viene el macho dominante mientras echan la canita al aire.

*Publicada en la sección #Quonectados Nº 213 de @QuoRevista

Redacción QUO