Además de ser el animal terrestre más grande, el elefante africano también puede presumir de poseer el olfato más poderoso de todos los seres vivos.
Esa es la conclusión que se desprende de un estudio publicado en Genome Research por investigadores japoneses.
Para realizar este estudio, los científicos compararon los genes receptores olfativos (encargados de detectar los olores en el medio ambiente) de los elefantes con el de otros 13 mamíferos, entre ellos caballos, conejos, conejillos de indias, vacas y chimpancés.
Tras obtener los resultados, se comprobó que los elefantes (con 1948 receptores olfativos) disponen de un olfato cinco veces más desarrollado que el de los seres humanos (386), más del doble que el de los perros (811), y mucho más que el de los que ostentaban el anterior récord: las ratas (1.207).
«Las funciones de estos genes no se conocen bien, pero probablemente son importantes para las condiciones de vida de los elefantes africanos -asegura el investigador principal, Yoshihito Niimura.
Por el contrario, los seres humanos, junto con sus parientes primates, tienen muchos menos genes olfativos en comparación con el resto de especies examinadas. Posiblemente, esto se deba a la disminución de su dependencia del olfato a medida que mejoró su agudeza visual.
«Comparar los repertorios de los genes OR entre los mamíferos nos permite conocer las similitudes y diferencias en la percepción olfativa, ampliando nuestra comprensión sobre el sentido del olfato en los humanos», concluye Niimura.
Otro dato curioso que se extrae del estudio es que las 13 especies estudiadas sólo tienen tres genes olfativos en común.
Redacción QUO