Detectan drogas y explosivos y también alteraciones en el organismo humano, como algunos tipos de cáncer, que a nosotros nos pasan desapercibidas. En el Hospital Clinic de Barcelona y en la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, trabajan ahora en un proyecto para adiestrar a perros para detectar la bajadas bruscas de glucosa en personas con diabetes.

La idea surgió de un estudio que hizo hace tres tres años la Universidad Queen, de Belfast, entre 212 enfermos dependientes de la insulina. Dos de cada tres participantes en la investigación decían que cuando habían tenido una bajada de azúcar, sus perros reaccionaban gimoteando o ladrando. Uno de los pacientes, Paul Jackson, dijo al equipo de investigadores que su perro Tinker le alertaba minutos antes de una hipoglucemia: “Generalmente me lame la cara y jadea junto a mi”.

Al parecer, el olfato hipersensible de los perros detecta algún cambio en el olor corporal que se produce cuando bajan los niveles de azúcar en el organismo. Es la hipótesis que barajan los investigadores. Han llamado al proyecto Amicus Canis, y el único requisito para participar en el mismo es que la mascota del enfermo sea adulta.

Los investigaciones del Clinic y de la UAB pretenden en una primera fase averiguar qué es lo que huele el perro cuando se registra una hipoglucemia para poder adiestrarlos para que descubran el cien por cien de los casos. La segunda fase de la iniciativa pretende desarrollar una herramienta tecnológica que alerte a los diabéticos de las bajadas de azúcar y puedan reaccionar en consecuencia. Aunque, de momento, está muy lejos la posibilidad de desarrollar una nariz electrónica tan sensible como el hocico de los perros.

Redacción QUO