Llevamos toda la vida entonando felizmente ‘yo tengo una vaca lechera‘ sin saber que el estilo musical de la misma podría no ser del agrado de estos mamíferos. Según ha descubierto el granjero Derek Klingenberg sentado en su solitaria granja en una silla de lona, a las vacas las pone romanticonas que las toquen el trombón.
Aunque no hemos descubierto qué oscuras razones llevaron a este ganadero a establecer este ritual, sí sabemos, por psicólogos de la Universidad de Leicester, que las vacas que escuchan música dan más leche. El peculiar estudio se llevo a cabo hace unos años con la colaboración de varios granjeros. La Sinfonía Pastoral de Beethoven y la canción Bridge Over Troubled Water de Simon & Garfunkel fueron grandes éxitos en productividad lechera.
No te pierdas el vídeo, el espectáculo de su versión de Lorde’s Royals es realmente impresionante (probablemente mejor que la original):
Redacción QUO
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