Por lo general, la tranquilidad y el sosiego suelen contribuir a crear un buen ambiente para la intimidad en la alcoba… Sobre todo, si eres un rinoceronte. Porque un reciente estudio realizado por la Universidad de Texas ha revelado que el ruido ambiente de las ciudades modernas afecta gravemente a la salud reproductiva de los ejemplares de esta especie que viven en zoológicos.

Ocurre que el del oído es el sentido que los rinocerontes tienen más desarrollado, por lo que los ruidos de los coches, el ajetreo de los niños y de los visitantes de los parques zoológicos, y otras fuentes de cotaminación acústica propias de los núcleos urbanos, no pasan desapercibidos para estos imponentes animales, causándoles además un preocupante estrés.

Y no ocurre solo en las ciudades, sino también en reservas naturales más alejadas de los centos urbanos. El equipo de investigadores, dirigido por la bióloga Suzi Wiseman, estudió a los rinocerontes que vivían en una reserva natural silvestre llamada Fossil Rim, y observó que los animales también se veían alterados por ruidos como el sonido de los aviones que cruzaban el cielo, y los de las autopistas lejanas.

Más allá de lo anécdótico, la gravedad de esta situación reside en que los investigadores han sido capaces de establecer un lazo entre el influjo de la contaminación sonora, y la dificultad de los rinocerontes cautivos para reproducirse con éxito. Lo que les ha llevado a plantearse la búsqueda de nuevas medidas de protección acústica que sirvan para neutralizar los ruidos más molestos en este tipo de reservas.

Redacción QUO