A las hormigas les gusta la comida basura, pero entendiendo ese término en su sentido más literal. Una reciente investigación realizada por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, ha «escarbado» en los hábitos alimenticios de las colonias de estos insectos que viven en los núcleos urbanos.

Y lo que han descubierto es que la dieta de estas hormigas urbanitas no se diferencia tanto de la nuestra ya que se alimentan esencialmente de los restos alimenticios que nosotros arrojamos a la basura. Los científicos recogieron más de cien muestras de hormigas de hasta veintiún variedades residentes en la ciudad de Nueva York, para tratar de deducir su dieta estudiando sus niveles de isótopos.

Y al comparar los resultados con los de los análisis realizados a las hormigas campestres, vieron que las de ciudad poseían unos niveles de carbono hasta trece veces superiores. Según los investigadores se debe a la diferencia en el tipo de alimentación. Ya que mientras las hormigas de campo comen «productos más naturales», las de asfalto se nutren sobre todo de lo que nosotros tiramos, entre los que figuran restos de alimentos precocinados

Redacción QUO