La tela de araña ya era de por sí uno de los materiales más resistentes que se conocían. Pero, ahora, un experimento realizado por Nicola Pugno, investigador del Departamento de Sólidos y Estructura Mecánica de la Universidad de Trento, en Italia, ha dado como resultado que las arañas produzcan una tela hasta 3,5 veces más fuerte de lo que es normal.

¿Y cómo lo logró? Pues sencillamente rociando a las criaturas arácnidas con una solución de agua, nanotubos de carbono y partículas de grafeno de trescientos nanómetros (uno equivale a la mil millonésima parte de un metro). El experimento, cuyos resultados se han publicado en NewScientist, es realmente interesante, aunque el científico aún no tiene claro a que se debe el éxito. De hecho, el asunto es tan extraño que se da el caso de que no todas las arañas produjeron esa telaraña superresistente, ya que algunas de ellas fabricaron otra mucho más débil. Y cuatro de ellas murieron al ser rociadas con esta solución.

Nicola Pugno no se explica como las partículas de grafeno y de carbono han podido acabar formando parte de la estructura de la seda de las arañas. Pero el resultado abre posibilidades tan fascinantes que anima a seguir investigando ya que, como afirma el autor del experimento, con una seda tan resistente como la obtenida se podría fabricar una red gigante capaz de sujetar un avión en caída libre.

El grafeno es el material de moda (algunos lo llaman incluso de forma coloquial «el Santo Grial de la Ciencia»). Fue descubierto en la década de 1930 y es doscientas veces más resistentes que el acero y su dureza supera a la de los diamantes.

Redacción QUO