El principal aliado de los cazadores furtivos es la impunidad; realizan su mortífera tarea sin testigos molestos que puedan delatarlos. Por ese motivo, Paul O’ Donoghuer, en biólogo de la Universidad de Chester, en Inglaterra, ha tenido una asombrosa idea: instalar una cámara en los cuernos de los rinocerontes, una de las especies africanas más amenazadas por la caza ilegal.
La instalación de este dispositivo de vigilancia, acompañado de un marcador del ritmo cardíacos y de un GPS, no supone ninguna molestia apra el animal, ya que el cuerno no tiene base osea sino que está formado de queratina. Ante un ataque de los furtivos, la alarma permitiría que los agentes de vigilancia detectaran la posición del animal que está en peligro y facilitarían la persecución de los agresores. No está tan claro que el animal pudiera salvarse en el caso de que los cazadores dispararan a matar antes de darse cuenta de que el cuerno estaba ocupado por el mecanismo de radiovigilancia. Pero el profesor Donoghue piensa que , en cuanto se corra la voz, este sistema puede tener también un efecto disuasorio.
«Queríamos encontrar una manera de proteger a estos animales con eficacia y facilitar la detención de los cazadores furtivos y con este sistema podemos conseguirlo», ha indicado el biólogo británico. Los rinocerontes dotados de estos dispositivos estarían constantemente controlados desde una base de operaciones que contaría con equipos de intervención rápida y helicópteros.
Se estima que la población mundial de rinocerontes ronda los veinticinco mil ejemplares, de los cuales el 80% viven en África del Sur. Los cazadores furtivos matan alrededor de mil cada año, y sus cuernos se venden a buen precio en los mercados ilegales, especialmente en China.
Redacción QUO