Tartarín de Tarascón es una novela del escritor francés Alphonse Daudet, protagonizada por un torpe patán que viaja al Atlas con la intención de cazar a un león. Tras un montón de absurdas y desopilantes peripecias, acaba matando por error a un león viejo y ciego que un mendigo exhibe por las ferias locales. Tartarín se ve obligado a pagarle una buena indemnización por haberle privado de su medio de vida, pero el incidente le permite regresar a su localidad natal exhibiendo la piel como trofeo y quedando como un auténtico aventurero.

La novela es realmente divertida aunque, cuando algo similar sucede en la realidad, no suele tener demasiada gracia. Es lo que ha ocurrido con la muerte del león Cecil, un suceso que ha provocado una ola de indignación mundial. Al final, se ha descubierto que quien le mató fue un dentista estadounidense llamado Walter James Palmer, quien está sufriendo la ira de la gente en las redes sociales. Algo parecido a lo que le sucedió en 2014 a Melissa Bachman, una presentadora americana de televisión que colgó en su facebook una foto tras matar a un león en África, provocando el rechazo de cientos de personas.

Cazar un león suena a gran hazaña. A todos nos viene a la mente la imagen de Allan Quatermain rifle en mano disparando contra una fiera que está a punto de devorarle. Pero, según aseguran los expertos, rara vez es así, ya que matar a estos animales resulta más sencillo de lo que parece a primera vista. El naturalista Dereck Jourbert, uno de los mayores expertos en esta especie, asegura que: «Los leones pasan durmiendo más de la mitad del día. Pueden dormir una media de trece horas. Lo que les hace estar indefensos ante cualquier cazador que se aproxime a ellos».

Jourbert explica que no es muy complicado rastrear a estos animales. «Hay que buscar a sus presas, localizar alguna manada de antílopes o búfalos. Cuando la ha encontrado, el cazador solo tiene que sentarse a esperar ya que, más tarde o más temprano, aparecerá algún león. Por lo general, el animal está más interesado en su posible comida, en los antílopes, que en la presencia de los humanos, lo que le convierte en un blanco demasiado fácil para el cazador».

Por si fuera poco, parece que los leones se han vuelto confiados y se han acostumbrado a la presencia de los humanos. «No es conveniente acercarse a un león a pie. Pero si se hace en un jeep no suele haber peligro. Los leones no suelen atacar a los vehículos. A veces, hasta se echan a dormitar al lado de ellos», explica Jourbert.

Tras escucharle, ¿hay quien siga creyendo que matar hoy en día a un león es de valientes?

Redacción QUO