Del mismo modo que los humanos utilizamos la palabra para comunicarnos, los leones hacen lo mismo con su rugido. Así comunican su territorio, avisan de potenciales peligros o como medida disuasoria ante enemigos.
Claro que para ello deben entrenarse y en el inicio de la vida de estos felinos, el, llamémosle talento, aún no está muy desarrollado. Y la prueba es este pequeño león que, por más que lo intenta, no logra llegar a los decibelios de sus mayores.
Juan Scaliter
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