Dos años atrás, la mayoría de los chimpancés utilizados para la investigación médica en los Estados Unidos fueron «retirados» y enviados a refugios para vivir el resto de sus vidas. Ahora, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) ha anunciado que está cerrando su programa de investigación médica con chimpancés para siempre.
Los 50 primates que todavía se encontraban en centros de investigación dependientes de NIH también serán enviados a refugios. Los 82 que aún permanecen en otras instituciones relacionadas al NIH lo harán en breve. El director de esta institución, Francis Collins, en declaraciones a la revista Nature, explicó la decisión: «Creo que este era el paso lógico después de un proceso muy serio de cinco años de tratar de evaluar los beneficios y los riesgos de realizar investigaciones con estos animales tan especiales. En ese lustro llogramos que la necesidad de investigación con ellos se reduzca a cero”.
Desde 2013, alrededor de 310 chimpancés fueron retirados de la investigación siguiendo la recomendación del Instituto de Medicina (IOM). De acuerdo con este informe, solo se podía experimentar con los 50 restantes en casos vitales, en los que el tiempo resultara determinante y con un beneficios indudable para el ser humano, como la investigación en enfermedades infecciosas.
Dos años después, el gobierno de Estados Unidos dio a los chimpancés el estatus de protección dado a las especies en peligro de extinción, lo que significa que toda investigación invasiva en ellos estaba prohibido. Sin embargo se permitió continuar con los estudios de comportamiento no invasivos.
Esto puede parecer un paso pionero, pero la realidad es que la prohibición, o al menos las restricciones muy severas, ya han sido aplicadas por otros gobiernos, incluidos los Países Bajos, Nueva Zelanda, Suecia, Alemania, Austria y el Reino Unido, que prohibió este tipo de investigación en 1986.
Pese a ello no todos en el panorama científico, están contentos con esta decisión. Allyson Bennet, una psicóloga del desarrollo en la Universidad de Wisconsin-Madison, señala que los santuarios a los cuales fueron enviados los chimpancés, no tienen las mismas condiciones que los centros del NIH.
Otro ejemplo es el de Peter Walsh, quien estaba liderando un esfuerzo para desarrollar una vacuna contra el Ébola para chimpancés salvajes utilizando especímenes en cautividad, ha descubierto que su investigación ha llegado a un, tal vez permanente, cierre. «Realmente no hay otro lugar para hacer pruebas relacionadas con la conservación, pero las instalaciones de biomedicina en EE.UU,» confesó Walsh a Nature.
El uso de animales en experimentación es un tema complejo que en Quo hemos abordado unos años atrás intentando escuchar todas las voces, tanto las de aquellos que aseguran que no existe otro modo de salvar vidas humanas, como quienes afirman que se vulneran los derechos de otros seres vivos.

Juan Scaliter