Una divertida película de dibujos con unos peces de protagonistas… ¿qué podría salir mal? Aparentemente es una situación inocente, pero, desgraciadamente, el ser humano a veces es impredecible.
Hace unos años, la película Buscando a Nemo popularizó en todo el mundo a la población de peces payaso, que hasta entonces había pasado más o menos desapercibida para el ser humano. Todos los padres querían que sus hijos tuvieran a Nemo en sus peceras, por lo que la especie comenzó a disminuir notablemente en los arrecifes de coral.
Ahora, con el estreno de la secuela Buscando a Dory, los conservadores temen que pase exactamente lo mismo con el pez cirujano (Paracanthurus hepatus). Según explica la Agencia SINC: «aunque en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza consta de una ‘preocupación menor’, entre 1997 y 2002, antes del estreno de la primera película, ya se habían capturado 74.557 individuos. Ahora se calcula que cada año se atrapan unos 400.000 peces cirujano regal».
El problema radica en que los peces como Dory «tardan mucho tiempo –cerca de dos años– en alcanzar la madurez sexual y en la actualidad su cría en cautividad no es posible». Así que, por favor, en lugar de regalar a tu hijo un pez cirujano de verdad, cómprale un peluche.
Redacción QUO