Cuando los científicos publican los resultados de sus investigaciones lo hacen, sí, para hacerlos conocidos por el público y otros expertos, pero principalmente para que otros investigadores puedan repetir el experimento, estudio o técnica y ver si obtienen los mismos resultados. Este es uno de los principios fundamentales de la ciencia y lo que le otorga fiabilidad.
Por ello, cuando la Nasa publica por su parte un registro en el que destaca que dos indicadores climáticos (las temperaturas superficiales del planeta y la extensión del hielo del Ártico)han batido récords en la primera mitad de 2016, de acuerdo con sus satélites y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) lleva a cabo un estudio y obtiene datos similares, el índice de fiabilidad se eleva notoriamente.
De acuerdo con el informe de la Nasa, “cada uno de los seis primeros meses de 2016 ha establecido un récord en cuanto a temperaturas elevadas desde que se tienen registros modernos, en 1880. También, este primer semestre, fue la primera parte del año más cálida desde finales del siglo XIX”.
Y, aunque aún no llegamos a los JJOO, la Nasa y NOAA siguen señalando nuevos registros batidos: junio ha sido el décimo cuarto mes consecutivo en el que las temperaturas globales se han situado por encima de los registros de 1880.
Lo que más preocupa es lo que señala NOAA en su informe: “Junio de 2016 también es eltricentésimo septuagésimo octavo mes (378) consecutivo con temperaturas, al menos nominalmente, por encima del promedio del siglo XX”.

Juan Scaliter