Robert Pitman, ecólogo marino perteneciente al Southwest Fisheries Science Center (Estados Unidos), fue testigo en 2009 de la primera escena que le llevó a esta investigación. Sucedió en la Antártida, en un témpano de hielo. Una manada de orcas había provocado la caída de una foca de Wedell. Cuando parecía que su destino iba a consistir en formar parte de la cena del día, el vientre de una ballena jorobada emergió en la superficie y trasportó a la foca hasta otro pedazo de hielo flotante.

Tras observar este acto de rescate, Pitman y algunos de sus colegas comenzaron a recopilar interacciones de ballenas jorobadas con otras especies recogidas por 54 observadores entre 1951 y 2012.

El estudio, publicado en la revista Marine Mammal Science, recoge hasta 115 interacciones entre ballenas jorobadas y otras especies. Según señalan los autores del estudio, las observaciones reflejaban un comportamiento defensivo por parte de las ballenas, aunque también influida por su presencia en lugares clave, como rutas migratorias o espacios donde se alimentaban.

Un 87% de ellas sucedieron cuando las orcas se encontraban de cacería, momento en el que aparecían las ballenas jorobadas y protegían a las presas. Lo hicieron por iniciativa (no de forma accidental o colateral) en un 57% de los casos. Este dato sugiere que tal vez las ballenas busquen de manera manifiesta a las orcas.

¿Verdadero altruismo?

“Muchas especies son famosas por ir a la ayuda de otros individuos, como los seres humanos”, destacan los autores del estudio.

Según explican, la protección de las crías podría estar directamente relacionada con esta actitud. Las ballenas jorobadas, cuando son madres, tienden mucho más a realizar más acciones “filantrópicas”, como las califican.Las ballenas jorobadas y las orcas protagonizan uno de los escenarios de batalla a mayor escala del entorno marino. Las crías podrían ser las grandes perjudicadas de estos episodios, razón por la que las ballenas tratan de evitarlo.

Sin embargo, los investigadores también subrayan que en muchas ocasiones, las acciones de salvación por parte de estos cetáceos conllevan una inversión de tiempo y esfuerzo que no les plantea, a priori, ningún beneficio. “Las ballenas jorobadas ofreciendo beneficios a otras especies de presa, incluso de forma no intencional, podría ser el foco de una futura investigación sobre factores culturales y genéticos en el altruismo”, sugieren.

Redacción QUO