Desgraciadamente para ellos, tanto los virus como las bacterias tienen enemigos en el reino de los microorganismos. El mimivirus conocido como Sputnik puede infectar a otros mimivirus, por ejemplo. Una de las consecuencias es que los virus enfermos se muestran menos eficientes a la hora de infectar amebas, que es lo que normalmente hacen para replicar su código genético. El Sputnik podría obtener de esta manera una ventaja a la hora de reproducirse. También existen virus que infectan a las bacterias, conocidos como bacteriófagos, que podrían inspirar una necesaria alternativa a los antibióticos.
Andrés Masa Negreira