El virus del Zika provoca una enfermedad leve en la mayoría de los adultos, pero puede causar daño cerebral y la muerte en fetos. Alrededor de un tercio de todos los bebés infectados en el útero, muestran trastornos en los ojos tales como la inflamación del nervio óptico, daño en la retina o ceguera después del nacimiento. En los adultos, puede causar conjuntivitis, enrojecimiento y picor y, en algunos casos, la uveítis, inflamación de la úvea, la lámina intermedia del ojo, situada entre la esclerótica y la retina.
Ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Washington han descubierto que el virus del Zika puede sobrevivir en los ojos y han identificado material genético del virus en las lágrimas. El estudio, realizado en ratones, ayuda a explicar por qué algunos pacientes desarrollan enfermedades oculares cuando están infectados por el Zika.
El estudio, publicado en Cell Reports, describe el efecto de la infección por el virus Zika en los ojos de fetos de ratón, en recién nacidos y en adultos. Los investigadores ahora están planeando estudios complementarios en pacientes humanos infectados con el virus.
«Nuestro estudio – explica Michael S. Diamond, uno de los autores del artículo – sugiere que el ojo podría ser un depósito para el virus Zika. Debemos tener en cuenta si las personas con Zika tienen virus infeccioso en sus ojos y el tiempo que este persiste”.
Para determinar el efecto que tiene la infección Zika en el ojo, los investigadores inyectaron bajo la piel de ratones adultos el virus , de un modo similar al que los humanos resultan infectados y descubrieron que el virus seguía vivo, en los ojos, una semana después. Estas observaciones confirman que el Zika es capaz de viajar a través del ojo. Lo que aún se desconoce es si lo hace cruzando la barrera que separa la retina de la corriente sanguínea o existe otra ruta.
La infección ocular plantea la posibilidad de que se pueda contagiar través del contacto con las lágrimas de personas infectadas, ya que en ellas se encontró ARN de Zika, el material genético del virus, pero después de 28 días ya no era contagioso.
«A pesar de que no hemos encontrado el virus vivo en las lágrimas de ratón – añade Jonathan J. Miner, otro de los responsables del estudio –, eso no quiere decir que no resulta infeccioso en humanos. Podría haber una ventana de tiempo durante la cual las lágrimas sean altamente infecciosas y la gente que entra en contacto con ellas lo propague”.
El ojo es un sitio privilegiado para este tipo de virus, ya que el sistema inmunitario es menos activo allí para evitar que, en el proceso de lucha con una infección,resulten dañados los tejidos sensibles responsable de la vista. En consecuencia, las infecciones veces persisten en el ojo después de que se han borrado del resto del cuerpo.

Juan Scaliter