Se estima que en el mundo hay alrededor del mil quinientos millones de vacas. La parte mala de la noticia es que se calcula que el ganado bovino, y la industria generada en torno a él, es responsable del 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Y una parte de ese porcentaje se debe al metano que estos animales expulsan a la atmósfera en forma de flatulencias. Por ese motivo, se están desarrollando diversos proyectos científicos que tienen el objetivo de «manipular» los procesos intestinales de las vacas para reducir la cantidad de metano que producen.
Hay que tener en cuenta que en el proceso digestivo de estos rumiantes juega un papel esencial la Arquea metanógena, un microorganismo que viven en su aparato digestivo y que ayuda a transformar la hierba que comen en fibra y metano.
Por ese motivo, investigadores de la James Cook University, en Australia, han comenzado un experimento para alimentara las vacas con varios tipos de algas marinas que contienen broroformo, un compuesto que ayuda a bloquear el metano. Y el resultado es que las vacas que siguen esta dieta han reducido sus emisiones de gases en un 20%.
Paralelamente, en la Aarhus University de Dinamarca, se está desarrollando otra investigación cuyo objetivo es crear un nuevo tipo de «hierba inteligente» gracias a la manipulación genética. El propósito es que bloquee la acción de la Arquea metanógena, evitando o reduciendo así la producción de metano en el organismo de la vaca.
Fuente: https://www.wired.com/2016/11/scientists-might-reprogram-cow-guts-cattle-burp-less/
Vicente Fernández López