La Comisión Europea ha propuesto que, en un plazo de dos años, se prohíba castrar al cerdo ibérico. Pero, ¿qué implicacionestendrá esta decisión en el sabor y la calidad de la carne de cerdo, y de sus derivados, que comamos a partir de entónces?

Se calcula que en España se castran al 20% de los ejemplares de la cabaña porcina (todos los de cerdo ibérico, y parte de los del resto de variedades). Según la legislación española, la castración debe realizarse antes de los siete días de edad por un veterinario o personal cualificado. Y pasado ese plazo deberá efectuarse siempre con anestesia.

Hay que decir que no todos los criadores recurren a esta práctica, ya que existe el riesgo de que el lechón fallezca como consecuencia de la intervención. Pero, los partidarios de la misma aseguran que la carne de cerdos castrados es más veteada o, lo que es lo mismo, tiene más grasa y, por tanto, resulta más sabrosa. Afirman que, sin recurrir a la castración resultará casi imposible cumplir con los parámetros de calidad exigidos a la carne de cerdo ibérico.

Vicente Fernández López