Nadar con los delfines es una experiencia que cientos de personas quieren vivir. Pero, seguramente, no sean conscientes de que involuntariamente le están causando un gran trastorno a estos cetáceos. Especialmente en el caso de la variedad Stenella longirostris, conocida popularmente como delfín acróbata o delfín tornillo.

Estos animales se caracterizan por dormir de día. Por ese motivo, numerosos biólogos marinos advierten de que las masiva presencia de turistas que que quieren bañarse con ellos, o simplemente verlos de cerca, está alterando sus hábitos. Incluso, los expertos la Comisión de Mamíferos Marítimos de EEUU, aseguran que los delfines que viven en aguas hawaianas realizan menos saltos y están menos activos, lo que atribuyen a una consecuencia del estrés al que están sometidos por la avalancha constante de espectadores humanos.

Por ese motivo, el Departamento de Tierra y Recursos Naturales de Hawaii ha tomado la decisión de prohibir acercarse a los delfines a una distancia inferior a 50 metros. De esta manera, los turistas podrán seguir disfrutando de la visión de estos animales (a bastante distancia), pero ya no podrán ni interactuar ni nadar con ellos.

Hay quien avisa de que esta medida tendrá un impacto notable en el negocio turístico, pero los defensores d ella misma aseguran que los delfines la agradecerán.

Vicente Fernández López