Los frecuentes varamientos de ballenas, delfines y marsopas intrigan a los científicos desde hace décadas. La explicación más razonable es que estos animales se desorienten, se pierdan y acaben varados en las playas. El caso es que muchas costas se están convirtiendo en tumbas donde centenares de cetáceos acaban sufriendo una muerte agonizante, lo que lleva a preguntar a los científicos si hay algo que lo está produciendo.
En un principio se achacó a la contaminación, los ruidos generados por el transporte marítimo o incluso el sonar militar. Aunque es cierto que podrían desorientar la geolocalización de los cetáceos, la NASA no cree que sea el motivo principal. Por eso, según informa la agencia espacial norteamericana a través de un comunicado, su objetivo ahora es estudiar el impacto de las tormentas solares.
Hasta ahora, varios estudios han concluido que delfines y ballenas son sensibles a estímulos magnéticos. Los científicos especulan que la magnetorrecepción tiene un papel crucial en cómo se orientan los cetáceos para viajar a lo largo de grandes distancias. Por ello la NASA ha querido estudiar el impacto de las tormentas solares, ya que estas alteran nuestro campo magnético.
Según Antti Pulkkinen, heliofísico de la NASA, «ha habido más especulación que investigación cuantitativa. Lo que vamos a hacer es analizar datos fríos y duros en esto. Es gran misterio, razón por la que es importante que averiguar qué está pasando».
Aunque por el momento la investigación se encuentra en fase inicial, si se encuentra una relación directa entre las tormentas solares y el varamiento de los cetáceos, estaríamos a tiempo de poder salvar la vida de miles de ellos.
Fuente: iflscience.com
Redacción QUO