Sin el corazón no somos nada. Y la gran mayoría de los animales, tampoco. Es el músculo que se encarga de bombear la sangre que mantiene nuestro organismo en funcionamiento. Pero las arañas de mar son una excepción a esa regla ya que, en su caso, son las tripas las que se encargan de esa función. Lo ha descubierto un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Montana.

Los investigadores comprobaron asombrados que el corazón de estos seres solo palpitaba levemente, y que únicamente era capaz de bombear sangre a su parte central. Fue entonces cuando descubrieron que era su sistema digestivo el que se encargaba de hacer llegar la sangre al resto del cuerpo.

La clave del descubrimiento estuvo en lo que se conoce como peristalsis intestinal. Con ese nombre se hace referencia a los movimientos de contracción y relajación involuntarios del sistema intestinal para realizar la función digestiva. Pero los investigadores observaron que las ondas que provocaban dichos movimientos eran mucho más grandes de lo que se requería para ese propósito, así que la causa tenía que ser otra.

El estudio de doce variedades distintas de este tipo de arañas permitió entonces confirmar que lo que realmente estaban haciendo los intestinos era bombear sangre a todo el organismo de la araña. Pero, ¿cómo se originó este singular mecanismo? Los autores del descubrimiento esperan averiguarlo analizando fósiles de estas criaturas.

Vicente Fernández López