Las patas de los lagartos gecko son todo un descubrimiento de la naturaleza, ya que tienen un poder de adherencia tal, que prácticamente ninguna superficie se le resiste. Tiene cinco dedos en cada una de sus cuatro patas y en cada uno de ellos existen miles de micropelos de 0,1 milímetros denominados “setae”, los cuales están formados por queratina (la misma sustancia del cabello, las uñas o las garras). Estas microfibras no llegan a pegarse o presionar la superficie sobre la que caminan los geckos, al contrario, apoyan sus patas ligeramente sobre la superficie y arrastran sus patas de forma horizontal generando una adhesión muy fuerte con muy poca energía. Unos movimientos que le permiten trepar por cualquier material sin problemas, aun teniendo suciedad, y gracias al uso de las llamadas como Fuerzas de Van der Waals (interacciones atractivas o repulsivas entre moléculas).

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Pero parece que sí que hay un material con el que no acaba de conectar: el teflón (también conocido como PTFE o politetrafluoroetileno) y que es habitual en sartenes y cacerolas para conseguir que la comida no se llegue a pegar mientras se cocina, pero que también se usa en aeronáutica para el revestimiento de aviones o en medicina para la fabricación de prótesis. Este material es prácticamente inerte y no reacciona a otras sustancias químicas, una propiedad que le otorga el flúor sobre la cadena carbonada, lo que le permite que sea muy impermeable y tenga un bajo cociente de rozamiento. Por lo tanto, el teflón se convierte así en un reto para los geckos, una especie de kryptonita que ha interesado durante años a numerosos científicos. Y es que en estos casos, las fuerzas de Van der Waals dejan de funcionar y pierde su adherencia.

Pero los científicos de la Universidad de Akron han descubierto que si este material de moja, los lagartos pueden perfectamente trepar sin problemas. ¿Cómo lo hacen? Las gotas de humedad que se extienden sobre el teflón mojado y que este no absorbe, son usadas por los geckos para evitar las moléculas de flúor que no les dejan trepar. Aprender cómo las patas de estos animales mantienen su adhesividad a pesar de estar en terrenos húmedos está permitiendo a los investigadores la creación de pegamentos que sigan siendo resistentes a pesar de ser mojados con agua (para construcciones) o incluso bajo el agua (vendajes que sean resistentes).

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Fuente: KnowledgeStew

Alberto Pascual García