La Declaración de Conciencia de Cambridge reconoció al pulpo como un animal con conciencia hace unos años. Pero de ahí, a demostrar que los cefalópodos tienen sentimientos, todavía falta. Es verdad que los pulpos son considerados animales marinos muy inteligentes, que saben hacer uso de herramientas para proporcionarse cobijo o presumir de una buena memoria, pero demostrar afecto hacia otras especies -como este caso a un ser humano- es toda una sorpresa.
El hecho le ocurrió al cineasta Pei Yan Heng mientras caminaba por la playa de Cyrene Reef (Singapur) en 2013. Se percató de que un pequeño pulpo había quedado varado tras la marea baja y corría el riesgo de deshidratación. Para no causarle ningún daño, Pei llenó un bote de plástico con agua y devolvió al pequeño cefalópodo al mar. Cuando el pulpo se recuperó, este nadó hasta los pies de Pei y extendió un tentáculo hacia su bota. Viendo la situación, da la sensación de que el pulpo quería agradecer el gesto al cineasta (o salir en su próxima película).
Rafael Mingorance
El cambio climático multiplica la amenaza de la resistencia a los fármacos antimicrobianos
Un equipo de geólogos descubre rocas de 3.700 millones de años de antigüedad, que podrían…
Los fósiles excepcionalmente conservados de un antiguo tiburón que convivió con los dinosaurios han revelado…
El aumento de la esperanza de vida y el retraso de la jubilación podrían explicar…
Tiene una imagen futurista, llega con motores de gasolina 1.0 y 1.2 y se venderá…
El tratamiento dietético es más eficaz que los medicamentos en el SII, más de siete…