En su sección de «Criatura absurda de la semana», la revista Wired se hace eco de un terrible personaje: la avispa araña Pepsini, famosa por cazar tarántulas para alimentar a sus crías. Aunque no es tal, se le puede llamar avispón con todas las letras gracias a sus cinco centímetros de envergadura.

Evidentemente, la picadura del bicho es equiparable a su dramático tamaño. Según escribió en 2004 el entomólogo Justin Schmidt, quien solía dejarse picar por todo tipo de insectos para poder relatar la experiencia, dejó indicado el único remedio contra el terrible dolor que ocasiona su picadura: «sentarse y gritar».

Aunque el remedio suena a broma, no lo es. El dolor es tan agudo que provoca falta de coordinación, confusión y claridad. No obstante no te preocupes: si no las molestas, no te atacarán. De ti depende querer meterte con una avispa de estas dimensiones.

Redacción QUO