Los seres humanos no somos la única especie que utiliza los regalos como un arma de seducción. Ahora, un equipo de biólogos de la Universidad de Australia Occidental, han descubierto que entre los delfines jorobados, los machos también recurren a esta estrategia para conseguir el favor de las hembras.

Los investigadores observaron como los animales arrancaban esponjas del fondo marino, y se las ofrecían a las hembras para intentar aparearse con ellas. Unos regalos que acompañaban con una peculiar variedad de sonidos y de movimientos (adoptando algunos de ellos una postura que recordaba a un plátano) que conformaban un interesante ritual de cortejo.

Hay que tener en cuenta que para los delfines, arrancar estas esponjas no es una tarea sencilla. Al no tener manos, deben agarrarlas con la boca y tirar de ellas hacia arriba, un proceso en el que algunos resultan dañados o heridos. Además, las esponjas tienen mecanismos de defensa que incluyen esporas irritantes. Los investigadores creen que, de ese modo, los machos están demostrando a las hembras que son ejemplares fuertes y que les conviene aparearse con ellas.

Por eso, los especialistas consideran que este gesto no tiene nada de romántico o altruista y que, más bien al contrario, al ofrecer las esponjas a las hembras los machos estarían intimidándolas, transmitiéndoles un mensaje parecido a: «no me rechaces, porque soy más fuerte que tú». De hecho, los investigadores comprobaron como algunos ejemplares que habían sido rechazados, acababan arrojando violentamente las esponjas contra las hembras.

Comportamientos similares se han observado en algunas especies de aves y de insectos. Algunas arañas ofrecen restos de sus presas a las hembras como parte del cortejo. Y las polillas, que producen cianuro como medio de defensa, transfieren parte de esta sustancia a las hembras mientras se aparean para que puedan defenderse mejor.

Pero, en cambio, no es un algo tan habitual entre los mamíferos no humanos. Una excepción serían los bonobos, que si ofrecen frutas a las hembras para tratar de llamar su atención,

Vicente Fernández López