El descubrimiento del fuego fue uno de los grandes hitos de la evolución humana. Pero, aunque nos cueste creerlo, no somos los únicos seres vivos que sabemos utilizar este elemento como una herramienta para nuestros fines. Una nueva investigación realizada por el ornitólogo australiano Bob Gosford, ha revelado que hay tres especies de aves típicas del continente austral que saben como usar el fuego.

Dichas aves son el milano silbador, el halcón berigora y el milano negro. Por supuesto, ninguna de ellas sabe como producir fuego, pero si saben aprovecharse de él para cazar. El estudio presenta evidencias de que los ejemplares de estas especies están atentos a cuando se produce algún pequeño fuego en la naturaleza, ya sea por la caída de un relámpago u otras causas.

Cuándo han localizado alguno de estos focos, las aves agarran teas ardiendo y las extienden intencionadamente por un área de unos cincuenta metros. ¿Con qué propósito? Provocar el pánico entre los pequeños mamíferos, reptiles e insectos que viven allí, y que forman parte de su dieta. Así, se aprovechan de su desconcierto y los capturan con mucha más facilidad.

El informe también presenta evidencias de que estas aves son las causantes de la propagación de muchos de los incendios forestales que se producen en Australia. Y recoge, por ejemplo, el testimonio del jefe de una unidad de bomberos que afirma que fue testigo de como varios milanos ayudaron a extenderse un fuego creando siete nuevos focos a partir del ya existente.

¿Es este un comportamiento exclusivo de estas especies de aves? El investigador sospecha que no y, ahora, piensa realizar nuevos estudios en África y América del Sur, para intentar descubrir casos parecidos protagonizados por especies autóctonas de dichos continentes.

Pero, ¿cuándo aprendieron los pájaros a dominar el fuego? Gosford reconoce que no puede responder a esa pregunta con exactitud, pero sospecha que es un comportamiento muy primitivo, que puede remontarse incluso a antes de que el ser humano aprendiera a fabricar dicho elemento.

Vicente Fernández López