Para las hormigas es más importante la supervivencia del colectivo que la de cada individuo en particular. Así lo revela un nuevo estudio realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria, según el cual estos insectos sacrifican a los ejemplares enfermos para evitar que el contagio se extienda al resto del hormiguero.

Los investigadores realizaron un experimento con una colonia de un tipo de hormigas llamadas Lasius neglectus, y descubrieron que poseen la capacidad de detectar las señales químicas que revelan cuando las pupas o larvas están infectadas con un hongo llamado Metarhizium. Dicho hongo resulta letal para estos insectos y, de hecho, suele utilizarse como remedio para eliminar hormigueros cuando se detecta una plaga.

Pero las hormigas también tienen herramientas que le permiten defenderse de dicho hongo. De hecho, son capaces de destruirlo usando el ácido fórmico. Lo que pasa es que para ello, han de perforar a mordiscos el capullo que envuelve a las pupas. Así, los insectos llevan a cabo lo que los autores del estudio han calificado como una desinfección destructiva, un proceso en el que destruyen al hongo que les amenaza, pero también a las larvas que están infectadas.

Este comportamiento no es exclusivo de las hormigas. Se ha observado también en especies de vertebrados. Y hasta los seres humanos lo hemos puesto en práctica a lo largo de la historia. Como, por ejemplo, durante la gran plaga de la peste negra medieval, que provocó que cientos de enfermos fueran sepultados vivos para evitar que se extendiera la epidemia.

Tal y como explican los investigadores austriacos, la capacidad de detectar y destruir elementos dañinos probablemente fue necesaria para la evolución, tanto de organismos multicelulares como de superorganismos.

Fuente: SINC.

Vicente Fernández López