La fluorescencia es una cualidad que poseen algunas especies, como las medusas o ciertos tipos de tortugas y escorpiones. Y, ahora, un equipo de la Colección Estatal Zoológica de Múnich, en Alemania, ha confirmado que los camaleones también poseen esa característica. Ya se sabía que estos animales poseían huesos que emitían fluorescencia pero, ahora, los investigadores alemanes han comprobado que ese brillo (que para nosotros solo es visible con luz ultravioleta) puede manifestarse a través de la piel.

La fuente que emite ese brillo son una especie de tubérculos óseos que se encuentra situados en el rostro de los camaleones, muy cerca de sus ojos. Aunque algunos también los mostraban en otras partes de su anatomía. Los investigadores comprobaron que la piel en esa zona era mucho más fina que en el resto del cuerpo. En consecuencia, actuaba como una ventana que permitía pasar a la luz ultravioleta que, al alcanzar los citados tubérculos, mostraba en la cabeza del animal unos patrones luminosos azulados, que de otra forma resultaban invisibles.

Pero, ¿qué finalidad puede tener esa luminiscencia? Los investigadores creen que es un sistema que utilizan los ejemplares de esta especie para reconocerse unos a otros en la distancia, o para avisarse de la presencia de depredadores. Aunque también observaron que el brillo de los machos era más intenso que el de las hembras, lo que sugiere que también podría jugar algún tipo de papel en los ritos de apareamiento.

Vicente Fernández López