El torero Jesulín de Ubrique tuvo una mascota muy peculair, un tigre al que llamaba Currupipi. Pero no es la única persona que se ha permitido un capricho semejante. Porque según cifras facilitadas por la organización World Wildlife Fund, en el mundo existen muchos que viven en cautividad reducidos a la condición de mascotas, que en libertad.

El censo mundial de tigres que viven en estado salvaje es de unos 3.900, pero se estima que tan solo en Estados Unidos hay entre 5.000 y 7.000 ejemplares en manos privadas (sin contar zoos o circos). El perfil de las personas que tienen este tipo de mascotas suele coincidir con el del millonario excéntrico, ya que entre otras cosas necesitan contar con terreno suficiente suficiente para albergar a estos animales. Porque, según fuentes de la WWF, quien tiene un tigre como mascota por lo general suele tener también otro tipo de especies exóticas.

Pero también existen personas que compran a estos animales a criadores privados para hacer espectáculos cerca de las autopistas. Esto acaba generando muchos problemas, ya que, tal y como explican los especialistas, la mayoría de las personas compran los tigres cuando son cachorros, lo que les da la falsa sensación de que van a poder cuidarlos toda la vida. Pero la realidad se impone cuando el animal llega a la edad adulta y comienza a ser una fuente de problemas y preocupaciones para su propietario.

Según la WWF el final de la mayoría de estos tigres es muy triste, ya que suelen acabar sacrificados para vender las distintas partes de sus cuerpos al mercado negro chino, donde se usan como ingredientes para diversos remedios de la medicina tradicional de dicho país asiático.

La gran cantidad de tigres que son usados como mascotas permite comprender que las cifras de animales en libertad son muy bajas. Por eso, WWF se ha fijado como objetivo lograr que la población en libertad ascienda a los 6.000 ejemplares para el próximo Año del Tigre, que será en 2020.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López