Más que su preciada cabeza, lo que pierden los gamos en busca de amoríos es la voz. Los investigadores Alan McElligot y Elisabetta Vannoni han comprobado que un macho puede emitir más de 3.000 llamadas de celo en la fase más intensa de su berrea. Este esfuerzo, unido al desgaste de las luchas entre machos y su dieta reducida, le provoca una afonía que sirve a otros machos como indicio de su cansancio. Video

Pilar Gil Villar