Dos cachorros de leopardo, más abundantes que los tigres, juegan muy cerca de donde habitan sus primos felinos, sin notar que sus juegos son registrados por un elefante.
Para que los elefantes supieran cómo sostener las cámaras mimetizadas, eran entrenados durante varios días.
El cerdo salvaje es una de las presas preferidas de los tigres, que tienen que competir con los leopardos por su carne. Tan habituados están a la presencia de elefantes que ni se inmutan cuando estos se acercan con la cámara.
Los monos Colobinae son una de las 58 especies
de primates de Asia. Estos, en particular, se alimentan de frutas y hojas. Pero, al igual que el resto, demuestran una gran dosis de curiosidad.
La garcilla india (Ardeola grayii) es un ave muy común en las selvas de la India. Es de caracter muy dócil, por lo que no es extraño que se acerque a la cámara.
Los verdaderos artífices del documental son los elefantes. Ellos han recorrido todo el Parque Nacional Pench, en la India, para obtener estas imágenes con cámaras escondidas en troncos
y piedras que llevaban con la trompa.
El oso labiado (Melursus ursinus) es más temido en la India que el tigre, debido a su temperamento irascible. Por eso los adiestradores debían tener mucho cuidado con él.
Los ciervos manchados no se inmutan ante la presencia de un elefante, ni siquiera si este porta un enorme tronco que esconde una cámara.
Uno de los cachorros protagonistas del documental Tigres, espías en la jungla, dirigido por John Downer, se asoma a la cámara.
Pese a pasar mucho tiempo descansando, la madre de los cachorros debe proveer a su prole de un kilo de carne diario. Así, en el documental las escenas de caza son una constante.