La lucha de las ciudades por mantener espacios verdes no siempre termina en victoria. Para apoyarla, un grupo de ecologistas holandeses pidió a los arquitectos del Waterstudio.NL una propuesta de hábitat aislado de las molestias humanas. Y Koen Olthuis pensó en la costa. Su diseño Sea Tree (árbol del mar) consiste en una gran torre flotante destinada a acomodar una extensa variedad de fauna y flora. Anclada al fondo, se dejará mecer por las olas y el viento, y los distintos pisos atraerán a variadas especies, que organizarán de forma natural sus ecosistemas según las condiciones que necesiten.
Insectos, aves, árboles e incluso, en algunas zonas, arrecifes submarinos poblarán la construcción, que podrá situarse frente a puertos, riberas de ríos, islas y costas marítimas. Los arquitectos calculan que su influencia se extenderá a varios kilómetros a la redonda.
Para concebir esta construcción se han inspirado en los depósitos de crudo en alta mar, cuya tecnología se aplicaría también a estas torres.
De hecho, han imaginado que la mejor manera de trasladar su idea a la realidad sería que las ciudades aportaran la localización y una empresa patrocinara la construcción y el mantenimiento del Sea Tree. Concretamente, les parece una buena sugerencia para las empresas petroleras. Con este gesto podrían devolver a la naturaleza lo que les está dando y demostrar a la población que se preocupan por ella y por la biodiversidad.
En cada uno de los emplazamientos, y dependiendo de las condiciones climáticas, medioambientales, etc., el diseño básico de la torre podría modificarse para añadir o restar pisos y escalar las dimensiones. De paso, se enriquecería visualmente el paisaje urbano.
DATOS:
1 de cada cuatro especies está amenazada de extinción en Europa
18 por ciento del territorio europeo debería estar protegido, según la UE.