Desnutridos, con el cuerpo lleno de heridas, forzados a trabajar hasta la extenuación. En esas condiciones viven muchos caballos y dromedarios en Egipto, tal y como reflejan estas magníficas e impresionantes fotos de Wiebke Haas. La fotógrafa pasó un largo período en el país africano, documentando está terrible situación, y relata que algunos de estos animales pasan hasta veinte horas diarias en el desierto, trasportando turistas casi sin descanso. De hecho, tal y cómo recoge una de sus fotos, parece ser que no es extraño encontrarse entre la arena restos de ejemplares muertos por el calor y el agotamiento.
Fotos. Cortesía de Wiebke Haas.