Está claro que los volcanes son colosos mortales a los que bastan unas horas para gestar una tragedia mayúscula, pero lo cierto es que la naturaleza del peligro varía de unos a otros. Algunos no son especialmente feroces, pero la población asentada junto a ellos es muy numerosa, por lo que una mala evacuación en caso de erupción podría ser fatal.
Otros despiden un tipo de lava muy veloz de la que es difícil escapar o pueden manchar la atmósfera con una ceniza como la que sepultó kilómetros cuadrados en el volcán de Fuego este año. Otros volcanes producen explosiones equivalentes a miles de bombas nucleares o, por su localización, provocan fenómenos naturales destructores, como los tsunamis.
Redacción QUO
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…
La vitamina D altera las bacterias intestinales de los ratones y como resultado mejora su…
Los científicos confirman la composición del núcleo interno de la luna, que consiste en una…