Necesitamos 1, 6 Tierras para mantener la forma de vida actual de la humanidad. Esta es una de las conclusiones de un estudio que propone que el PIB de un país tenga en cuenta la salud de su biodiversidad, su riqueza ecológica

El PIB (Producto Interior Bruto) de un país debe incluir su riqueza biológica. Esta es la propuesta de un exhaustivo estudio sobre economía y biodiversidad liderado por el profesor Sir Partha Dasgupta de la Universidad de Cambridge que pone en valor la biodiversidad y la salud de los ecosistemas de un país. Su conclusión es que en un país donde los ecosistemas están devastados, es imposible producir lo que una sociedad necesita para su desarrollo.

Cuidar lo que nos da de comer

En 1972 Singye Wangchuck, rey de Bután  declaró que: «La felicidad nacional bruta es más importante que el PIB»  y estableció que el PIB de su país iba a tener en cuenta fundamentalmente el estado de felicidad de sus habitantes. Desde entonces, incluso el Fondo Monetario Internacional ha estado pendiente  del índice de felicidad nacional bruta (FNB) de Butan, un país en el que el bienestar social, el respeto al medio ambiente y la felicidad son los aspectos centrales sobre los que se basa todo.

Ahora llega un nuevo índice a tener en cuenta para medir la verdadera riqueza de un país, pero este tiene mucho más que ver con nuestra cultura, se refiere a la riqueza biológica.  Esto es lo que propone una revisión independiente sobre la economía de la biodiversidad, realizada por el profesor Sir Partha Dasgupta de la Universidad de Cambridge.

Esta revisión ha sido encargada por el Tesoro del Reino Unido y se publica antes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de este año que tendrá lugar en China.

El extenso estudio, advierte que no basta con un recuento de especies y ejemplares de una misma especie, sino de tomar la temperatura a la salud de los ecosistemas. En uno de sus apartados pone la lupa en un lugar donde pocos miran: las especies invisibles.

La importancia de los invisibles

 

El informe pide prestar especial atención a los que considera los actores individuales de los ecosistemas, lo que incluye organismos que polinizan, descomponen, filtran, transportan, redistribuyen, recogen, fijan gases, etc. Casi todos los organismos que ayudan a producir esos servicios están ocultos a la vista (un gramo de suelo puede contener hasta 10.000 millones de células bacterianas encargadas de estas tareas), por lo que casi siempre están ausentes de los discursos populares sobre el medio ambiente.

Las actividades de estas especies son las que principalmente permiten a los ecosistemas mantener una biblioteca genética, preservar y regenerar el suelo, fijar el nitrógeno y el carbono, reciclar los nutrientes, controlar las inundaciones, mitigar sequías, filtrar los contaminantes, asimilar los residuos, polinizar los cultivos, operar el ciclo hidrológico y mantener la composición gaseosa de la atmósfera.

Sin una naturaleza sana, no podremos producir lo que necesitamos

Dasgupta Review describe la naturaleza como «nuestro activo más preciado» y encuentra que la humanidad ha administrado mal colectivamente su «cartera global», con nuestras demandas que superan con creces la capacidad de la naturaleza para suministrar los «bienes y servicios» de los que todos dependemos.

«El PIB «se basa en una aplicación defectuosa de la economía» que no incluye la «depreciación de los activos», como la degradación de la biosfera»

Las últimas décadas de prosperidad humana han tenido un costo ecológico «devastador», y la revisión destaca estimaciones recientes que sugieren que necesitaríamos 1,6 Tierras para mantener la forma de vida actual de la humanidad.

Según el estudio, el Producto Interior Bruto tal y como lo entendemos ya no es adecuado cuando se trata de juzgar la salud económica de las naciones. Dasgupta sostiene que el PIB «se basa en una aplicación defectuosa de la economía» que no incluye la «depreciación de los activos», como la degradación de la biosfera.